José Laurencio Pérez Yllarramendi: La construcción de la huella



El orden, la construcción, y las grafías ancestrales se citan en la obra de Pérez Yllarramendi. La cual se caracteriza por la austeridad cromática y por la expresión de símbolos mágicos.


La amistad con José Pérez es de años. Pero no es larga, porque siempre hay recomienzo cada vez que entramos en conversa, que pasan de la arquitectura al arte y a las preocupaciones por el hacer en estas áreas de conocimiento y disciplinas.


Para Pérez, la pieza de arte es lenguaje, porque no hay pueblo sin lengua, como tampoco sin cultura. El lenguaje, nos dice, es el elemento fundamental de ésta, pues sin lenguaje no hay cultura entendiendo ésta como producto humano en construcción permanente. La cual es el resultado de la cotidianidad de las interrelaciones que establecemos los individuos de una comunidad y con el espacio geográfico que habitamos.

 

Pérez Yllarramendi ha sido, desde joven, seducido por el «constructivismo universal» de Joaquín Torres García. Que en decir del gran artista uruguayo “la pintura es abstracta, porque en vez de imitar la realidad, procede con elementos plásticos absolutos. Porque, la realidad, entonces, solo nos sirve de pretexto para establecer, encima del lienzo una verdadera orquestación de tonos o valores, a fin de llegar a una poesía y a una musicalidad de la pintura, que entonces, para nosotros, constituye su verdadero fondo”.

 

José Laurencio me ha comentado, de manera anecdótica, que una vez alguien le preguntó porque el pintaba esos símbolos, esos signos, y él le dijo. Porque así no tengo problemas para leerlos.


Esta anécdota viene por la dislexia que Pérez Yllarramendi padece, y la cual le ocasionó ciertos inconvenientes durante sus años en la primaria: desde la escuela primaria tuve problemas con la lectoescritura, toda la vida he tenido problemas para leer y escribir corrido, situación que me hizo refugiarme en el dibujo. Mientras los compañeros de clase copiaban lo escrito en la pizarra, yo dibujaba en las últimas páginas del cuaderno, pues al no alcanzar a leer y escribir al ritmo del grupo, terminaba rezagado, y para disimular ante el docente, simulaba escribir, cuando en realidad rayaba y dibujaba garabatos.

 
El artista, como expresa Torres García, opera con formas y no con cosas, porque lo que él está haciendo es un ordenamiento plástico y no la reproducción de un aspecto natural. En este sentido, la obra de Pérez Yllarramendi está inserta en la
abstracción geométrica con el carácter particular de lo simbólico ancestral. Como lo manifiesta el artista en su manifestación creativa.


Es un creador de símbolos, porque la forma simbólica es algo dentro de
la estructura racional del alma y la materia. El símbolo surge con su valor mágico y obra directamente sobre nuestra sensibilidad espiritual, sin mediación de interpretación ni de lectura. Por ello, tiene un valor en sí.


Uno de los rasgos característicos del constructivismo de Torres-García es su trabajo en torno a dos líneas, vertical y horizontal. La vertical representa lo espiritual, y la horizontal la naturaleza y en la intersección de ambas está el hombre. En los compartimentos que surgen siempre de la medida áurea se instalan los símbolos frontales y planos. Y esto lo apreciamos en las piezas artísticas de Pérez Yllarramendi
.


Una manera de garantizar la inmortalidad de la memoria colectiva es por medio del lenguaje gráfico, porque éste constituye una “memoria externa” capaz de preservar los conocimientos colectivos, no dice José Laurencio. La expresión gráfica plasma lo que en otros lenguajes está sometido a la finitud de lo temporal; éste hace que esas experiencias y conocimientos permanezcan más allá de la existencia de los sujetos individuales y se configuren con el hacer universal.

Como nos dice Péres Yllarramendi, la huella, que por naturaleza marca, es el elemento capaz de comunicar. Consolida y diversifica una memoria que sobrevive a la tempestad del tiempo y el olvido. La huella trazada es interpretada por los otros, que aun estando ausentes tenemos la certeza de que vienen detrás, puesto que ya sabemos de su existencia.


Los signos trazados tienen el propósito de servir de memoria permanente y de reconocimiento del otro. Puesto que son realizados para que alguien, que probablemente no conocemos, pero que puede saber de nuestra existencia, de nuestras diferencias y similitudes.


Obed Delfín

Coordinador-Investigador DATPA

1 Cfr. José L. Pérez L. El analfabetismo, mecanismo de racialización (El lenguaje escrito, como
mecanismo de exclusión y dominación de la modernidad). Trabajo Especial de Grado presentado
para optar al título de Especialista en Educación, Arte y Comunidad. UNEARTE. Este trabajo yo lo
publique en Obed Delfín Academia.edu.

2 https://espacio.fundaciontelefonica.com/wp-content/uploads/2016/06/Cuaderno-profesor-Torres-
Garcia.pdf.

3 Ob cit. José L. Pérez Y.

4 https://espacio.fundaciontelefonica.com

5 Ibid.

6 Ibid.

7 Ob cit. José L. Pérez Y.

8 Email:
obeddelfiniartes@gmail.com - +58-414913860


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