Juancho Domínguez: la fotografía como epifanía


Juancho dice ser un fotógrafo aficionado , pero eso es solo modestia. Porque en verdad es un gran artista en el arte de la fotografía callejera.

Su hacer fotográfico lo realiza en y entre las calles de Caracas. Uno lo ve pateando calle por el Bulevar de Sábana Grande, por El Silencio, por La Candelaria y por muchas otras partes de la ciudad. Tal vez, con su hacer Juancho hubiese convencido al Coronel Aureliano Buendía de que se dejase tomar una fotografía, cosa que éste nunca permitió .

Juancho captura, para nuestro goce estético, el espíritu de la gente y de la ciudad. Nos muestra, en ese momento detenido que es la fotografía, el devenir de la gente cubierta por la oscuridad, por el claroscuro o por la intensa luz del sol tropical.

Como Juancho práctica la fotografía urbana-callejera, la arquitectura no escapa a su cámara. Pues, la ciudad, en tanto que arquitectura, es el telón de fondo que acompaña su fotografía.

“Me gusta la calle, dice Juancho, porque es un mundo que cambia a cada segundo” . La calle es un constante devenir, un cambio permanente y el fotógrafo lo recoge y lo hace unidad. 

En la fotografía, el espectador, siempre ve a través de los ojos del que ha visto antes. El espectador es la segunda mirada, la primera es la del fotógrafo que nos entrega su arte. Si cada ojo ve, como dice Barthes , esto quiere decir que la vida está hecha a base de pequeñas soledades. Las soledades que aquel que ve por primera vez y la soledad de quien contempla estéticamente el producto de la primera mirada. Son dos miradas independientes, pero la primera debe influir en la segunda, de eso se trata el arte. 

En tanto mirada que capta, el fotógrafo detiene un instante que luego reproduce al infinito lo que ha tenido lugar una vez. La fotografía puede repetir lo que nunca más podrá repetirse existencialmente. Cosifica lo que antes ha sido viviente.

No obstante, el fotógrafo nos entrega a través de este acto lo que ahora podemos disfrutar como arte. De esta manera, el acontecimiento permanece en sí mismo, está resguardado y preservado.

Por ello, el artista de la fotografía callejera puede decir que “la cámara fotográfica es como una máquina de la eternidad” . Ya que es lo particular absoluto. La contingencia soberana que expresa la realidad de la calle en su expresión infatigable, esto es, el ser tal, el ser así, el ser esto.

Una foto no puede ser filosóficamente transformada, porque está lastrada por la contingencia. La fotografía es la mirada alternada de: mira esto, ve aquello, mira lo que fue en este presente que el fotógrafo nos muestra.

La foto, para quien la contempla, no distingue el referente, ya que ella es su propio significante. En este sentido tiene algo de tautológico, se representa a sí misma y es en sí misma. En Juancho Domínguez la fotografía es un encuentro y un relato. Música trasladada a la imagen y al espacio.

Por último, Zoum Domínguez, hijo de Juancho, realizó el documental “Fotógrafo callejero” (2022) con el cual rinde tributo a la labor del viejo y querido amigo Juancho Domínguez. El documental fue premiado en el Festival de Cine de Maracaibo.

 

Obed Delfín 7
Coordinador-Investigador DATPA


1 La fuente de todas las fotografías es el facebook de Juancho Domínguez. De allí las tomé con el
permiso a posteriori del artista.
2 Cfr. https://www.exibartstreet.com/juancho-dominguez/
3 Cfr. Gabriel García Márquez. Ciencia de Soledad.
4 Cfr. https://www.exibartstreet.com/juancho-dominguez/
5 Cfr. Roland Barthes. La cámara lucida,Barcelona, Editorial Paidos.1989.
6 Cfr. https://epaleccs.info/publicacion/83-juancho-dominguez-la-camara-es-una-maquina-de-la-eternidad
7 Email: obeddelfiniartes@gmail.com - +58-4149138602


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